Quiero simplemente agradecer a la misión católica por su espacio de encuentro entre padres y madres migrantes. En 6 años que vivo aquí, nunca había participado en algo así. Necesitamos dialogar, compartir para enfrentar la frialdad por la falta de fe
Jamás me imaginé que se puede no solo vivir la fe sino trabajar en la Iglesia local y recibir un sueldo digno. Gracias a los ingresos fijos aquí en Suiza se cumplen las palabras de Jesús: "el obrero tiene derecho a su salario". !Gracias a tod@as!